Ignacio García acaba el proyecto de una nueva vivienda unifamiliar en la provincia de Madrid que reconoce el peso de las estructuras formales del pasado, sin renunciar a la incorporación de un lenguaje más contemporáneo en técnica y estética.
El diseño de la casa evita los excesos del pintoresquismo populista y las exigencias radicales de las vanguardias para plantear una reflexión arquitectónica sobre la tipología de la vivienda local con una estructura formal que no resulta muy diferente en medidas y proporciones a aquella que presentan tantas viviendas.
El solar se encuentra en una urbanización de nueva fundación, en la periferia de una conocida población de Madrid, más ligada al campo que a un entorno urbano.