¿Cómo afectó la climatología al diseño del campo de golf?
Ignacio García, creador de campos de golf modernos y respetuosos con el medio ambiente, respondió las preguntas de la periodista mexicana Priscila Hernández Flores y descubrió uno de los desafíos a los que se enfrentó en el año 2010 diseñando el primer campo de golf de competición no asociado al desarrollo inmobiliario en Cuba: la climatología.
Como proyectista general de la primera inversión de campo de golf que únicamente promovía la práctica del deporte con el máximo respeto al medio ambiente, fueron muchos los desafíos y de sustentabilidad que Ignacio García se encontró en la isla mayor de las Antillas. Debido a que el golf es un deporte que se practica al aire libre, uno de los factores que influyó de forma determinante en el diseño fue la climatología.
El diseño y la práctica del golf dependen del clima.
Campo de Golf Ecológico, Dolores, Caibarién, Cuba. Imagen 3D| Copyright © 2010 Ignacio García – Todos los derechos reservados.
P: ¿Cuál es el desafío que implica construir un campo de golf con estas características en Cuba?
La incógnita de la hierba
R: El tipo de hierba a utilizar fue un tema sensible debido, sobre todo, a la amplitud del campo y a las condiciones climáticas de la isla, con temperaturas muy altas que se combinan con fuertes lluvias torrenciales. Se conocían cuatro tipos de hierba que eran adecuadas para este tipo de terrenos y que ya se utilizaban con éxito en otros campos caribeños, como los existentes en Santo Domingo: dos Cynodon Dactilon y dos Paspalum Vaginatum. Sin embargo, para decidir cuáles serían las variedades más idóneas y que mejor se adaptarían al clima cubano, a las altas temperaturas, a las condiones del suelo y subsuelo del área y más tolerantes a la salinidad, propuse la construcción de un campo de ensayo en el mismo terreno donde se construirá el campo de golf. El centro de experimentación ocuparía 10.000 metros cuadrados divididos en parcelas en los que se sembrarían las variedades seleccionadas de hierba y se comprobaría cómo reaccionan en todas las estaciones del año, mientras se construía el propio campo.
R: El centro contaría con la participación de especialistas en céspedes deportivos para campos de golf venidos de España, que facilitarían las especificaciones y dosis de siembra, impartiendo los métodos de cultivo de las variedades, así como los procedimientos de altura de corte, riego y tratamientos. Y la participación de ingenieros agrícolas de alto nivel y científicos cubanos para monitorear el centro de experimentación procedentes de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey», perteneciente a la Universidad de Matanzas y al Ministerio de Educación Superior, única entidad con suficiente experiencia en el campo de las variedades cespitosas en la isla. De hecho se trata del único centro reconocido por Sanidad Vegetal y Seguridad Biológica para realizar las introducciones de Gramíneas al país y dispone de una estación de cuarentena para las variedades que se introducen a Cuba. Las instalaciones del centro disponen de una finca de experimentación y producción de 25 hectáreas que le permite suministrar semillas vegetativas (estolones) de las variedades de césped de los géneros Cynodon, Paspalum, Zoysia y Stenotaphum.
R: Este campo de experimentación sería de vital importancia no solamente para esta construcción, además, permitiría a la entidad inversionista emprender posteriormente un programa más ambicioso en la isla que ahorraría costes, destinado a la producción en Cuba de césped deportivo de la mejor calidad, para la construcción de amplias zonas verdes, jardines en hoteles y otros campos de golf.
Adaptación al clima y al medio ambiente local
R: Tanto para la implantación como para el disfrute del campo de golf ecológico era fundamental tener en cuenta las características climatológicas de la zona. En función de ellas, concibí el diseño del campo de golf y elaboré un cronograma en el tiempo para llevar a cabo las obras de construcción.
R: En este caso concreto, para que el sol y el viento predominante no molestaran a los jugadores, el recorrido de los hoyos tenía orientación Norte-Sur, así respetaba el trazado de los vientos predominantes Este-Oeste. Para proteger a los golfistas de la radiación solar, utilicé toda la vegetación arbórea que había en los terrenos, gracias al levantamiento topográfico realizado en las 80 hectáreas que permitió ubicar la posición exacta de cada ejemplar arbóreo, aislado y en grupo, y especies arbustivas con más de 50 centímetros de altura existentes en la zona de actuación para luego incorporarlas al plano de diseño y construcción del campo de golf ecológico. Además, debido a la escasez de árboles en la zona, se realizó un proyecto de reforestación específico con el objetivo de plantar una gran cantidad de árboles de especies autóctonas, en especial aquellas que arrojan más sombras.
R: Para los huracanes, diseñé un sistema de drenaje abierto que aprovecharía las escorrentías naturales de los terrenos, con canales sembrados de césped preparados para resisitir las fuertes lluvias que afectan a esta zona de la isla cada año, recoger el agua pluvial y conducirla hacia las lagunas y desde éstas hacia el lago de riego del campo de golf que funciona como regulador. La recuperacion del agua de lluvia y de escorrentía sería máxima. Y en caso de peligro de inundación, el lago de riego vertería el agua sobrante al desagüe canalizado existente en el borde de la parcela del campo de golf, que la conduciría hasta el mar.
El drenaje tiene un papel importante y necesario en un campo de golf ecológico.
El drenaje
R: El drenaje tiene un papel importante y necesario en un campo de golf ecológico. Gracias a él se mantienen las condiciones necesarias para el desarrollo de las raíces del césped y se consigue una superficie idónea para la práctica del golf.
Campo de Golf Ecológico, Dolores, Caibarién, Cuba. Imagen de un refugio | Copyright © 2010 Ignacio García – Todos los derechos reservados
Los refugios
R: Otra medida para que los golfistas pudieran refugiarse en el caso de que se produjeran inclemencias atmosféricas severas y repentinas o una tormenta eléctrica, algo habitual en esta zona, era la introducción de un conjunto de refugios de madera o cabañas hechas con un pequeño entramado o estructura de madera, cubierta de teja y apoyada sobre pilares. Los dispuse estratégicamente en el recorrido del campo, cubriendo un radio máximo de tres hoyos, y tenían aseos, asientos con mesa de obra, máquinas expendedoras de bebidas y carteles informativos para informar a los jugadores del recorrido de juego y de la flora, avifauna y otras especies animales residentes en el lugar.
Continuará …
Debido a la extensión de la entrevista, difundiremos su contenido completo en varias notas de prensa.