El estudio de arquitectura de Ignacio García, especializado en el diseño de campos de golf, ha sido el elegido para diseñar la primera de estas infraestructuras en Cuba, que empieza a apostar por esta oferta turística. El proyecto contempla 18 hoyos y con unas dimensiones adecuadas para acoger competiciones internacionales de este deporte. Además, destacan las soluciones para reducir su impacto ambiental.
La isla caribeña promueve su primer campo en 60 años con un proyecto de un estudio de arquitectura malagueño: «Ignacio García Golf Arquitectura, IGGA».
Un estudio de arquitectura malagueño se ha convertido en la principal referencia en Cuba en el diseño de los campos de golf, un sector que la isla está empezando a explotar como recurso turístico. El estudio de Ignacio García Golf Arquitectura, con sede en Marbella, ha sido el encargado de diseñar el primer campo de golf en 60 años en esta isla caribeña. Sin embargo, su trabajo no sólo se ha centrado en realizar el proyecto técnico de arquitectura y los planos, sino que ha formado a técnicos cubanos para que conozcan los entresijos de estas infraestructuras.
El campo de golf, llamado Golf Club Buenavista, estará en una Reserva de la Biosfera en el municipio de Caibarién.
El campo se construirá en los Cayos de Villa Clara, que junto a Varadero y Cayo Coco forma parte de los enclaves más turísticos de la isla. Con una extensión de 80 hectáreas, este campo de 18 hoyos dará servicio a los clientes de los hoteles que ya existen en la zona y que pertenecen a la cadena estatal cubana Gaviota, aunque la explotación corresponde a empresas extranjeras.
Éste será el primer campo de golf que se construye en 60 años y se sumará a los dos que ya existen, construidos en los años 40 y que se encuentran en Varadero (18 hoyos) y La Habana (9 hoyos), aunque son muy antiguos.
El origen de este proyecto es la intención del gobierno cubano de ampliar la oferta turística de la isla, por lo que convocó un concurso internacional para el diseño y construcción del campo. El estudio malagueño Ignacio García Golf Arquitectura se asoció con una empresa extranjera en 2009 para presentar una propuesta que finalmente se hizo con el contrato. «Nos impusimos a otras cuatro empresas más gracias a un proyecto muy desarrollado, que explicamos muy bien para que se entendiera y con mucho cuidado en controlar el impacto ambiental», afirmó Ignacio García.
Este arquitecto reconoció que uno de los problemas que se encontraron es que «en Cuba no sabían cómo se hacían», aunque desde un principio mostraron «mucha disposición a aprender y preguntar todo».
Nos ayudó a conseguir el contrato que la información que proporcionamos fue muy didáctica y entendible por personas que no saben de campos de golf, pero sí de construcción, recalcó este arquitecto, que destacó la importancia de la transmisión de conocimientos a los técnicos cubanos.
Este campo de golf estará adaptado a las dimensiones necesarias para acoger competiciones internacionales de primer nivel, con 18 hoyos y un recorrido largo. Además, estará dotado de un campo de prácticas, una Casa Club y edificaciones para el mantenimiento y el material.
El campo de golf, que ha sido llamado Golf Club Buenavista, se ubica en el municipio de Caibarién, que está en una Reserva de la Biosfera. Esto llevó al estudio a poner un especial cuidado en el impacto ambiental del proyecto, que ocupará terrenos agrícolas. «El terreno es muy bueno y llano, aunque está en una zona cercana a los manglares -con agua salada- y de paso de los huracanes», recordó Ignacio García.
Estudios previos.
Esas peculiaridades obligan a un estudio muy profundo sobre el tipo de hierba que se va a utilizar y que será de una especie diferente a la que se utiliza en los campos malagueños o europeos. El arquitecto señala que hay cuatro tipos de hierba que son adecuadas para este tipo de terrenos y que ya se utilizan en otros campos caribeños, como los existentes en Santo Domingo. La idea es crear un campo de ensayo donde plantar estas hierbas y comprobar cuál da mejores resultados, con el objetivo de producirlas incluso en la propia isla y ahorrar costes. Para ello cuentan con el apoyo de ingenieros agrícolas cubanos «que tienen un alto nivel», resaltó Ignacio García.
Detalles del Proyecto. Lagos, especies autóctonas y protección del sol.
El diseño de este primer campo de golf para Cuba es de unas dimensiones desconocidas en la Costa del Sol. Sus 80 hectáreas superan ampliamente las 50 hectáreas del mayor existente en el litoral andaluz. Sus 18 hoyos han sido diseñados para que sean compatibles con la celebración de competiciones internacionales y cuentan con una amplia presencia de lagos, que llegan a cubrir 18 hectáreas de la superficie total. El tipo de tierra de la zona proveniente de la explotación agrícola, hace que sea especialmente buena para construir los lagos. Además, no necesitan de telas asfálticas, como suele ser habitual en estas láminas de agua artificiales, al retener el agua. Eso, no obstante, ha obligado a estudiar muy bien el desagüe del campo en caso de lluvias torrenciales y huracanes.
La vegetación utilizada será toda autóctona y estará dispuesta en función de un estudio de la incidencia del viento y del sol. De hecho, precisamente las altas temperaturas que se viven en la isla forman una peculiaridad que incide en la forma de jugar al golf, buscándose horas alejadas del medio día. Además, se contemplan zonas de sombra para aliviar a los jugadores.
El campo incluirá una estación depuradora para tratar el agua residual del municipio de Caibarién, de forma que pueda ser reutilizada para el riego del campo. Esto se completará con un sistema de riego muy avanzado, que necesitará de formar a técnicos especializados en Cuba para explicar su funcionamiento.
Info – Esta noticia ha sido una de las cinco más leídas en la página web oficial de la Asociación Española de Gerentes de Golf.
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